Viajar, viajar y viajar

Viajar, viajar y viajar. Si compartes esta pasión, aquí hay una muestra de algunos de esos rincones que aparecen en las guías de viajes, pero también de otros que se muestran ocultos a nuestros ojos. Bienvenido...

viernes, 11 de agosto de 2000

Hacia los Andes arequipeños

11 de agosto. Nazca-Arequipa.

Por delante nos esperaba un viajecito de entre ocho y diez horas por la interminable Panamerica. El paisaje era monótono. Y es que la carretera discurre de forma llana por una zona desértica, sólo rota por los valles de ríos con grandes cauces pero totalmente secos que desembocan en el Pacífico. Eso sí, hicimos paradas en lugares paradisíacos, como el Puerto Inca, por una pista muy empinada hasta el Pacífico. Por esa zona, los peajes en la Panamericana son constantes, a modo de aranceles para pasar por las proximidades de una localidad. Las casas de paja se suceden a ambos lados de la carretera. Allí se alojan los campesinos que llegan de zonas del interior del país. Cuando encuentran un trabajo piden a la municipalidad que les proporcionen una casa en condiciones.

La última ciudad que atravesamos antes de llegar a Arequipa fue Camaná, con una catedral mega moderna. Comimos en el restaurante El trujillano. Abandonada la Panamerica y a unos 18 kilómetros de Camaná comenzamos la ascensión hasta los 2.350 metros de altitud de Arequipa. El último tramo de la carretera es muy accidentado.

Llegamos por fin a Arequipa. Ahí nos quedaríamos cuatro días porque queríamos conocer a la familia de una de mis mejores amigas. Nos despedimos de Coco. Arequipa es la segunda ciudad en número de habitantes de Perú y se sitúa a unos 1.800 kilómetros de Lima. El clima de Arequipa es suave y seco. La ciudad se asienta en un hermoso valle rodeado de picachos, aunque en realidad son enormes montañas. Entre ellas se encuentra El Misti, un volcán coronado de nieve que tiene una altura de 5.822 m. A pesar de no ser el volcán más alto de la ciudad, es el símbolo de Arequipa por su cono casi perfecto. Se puede observar desde cualquier punto de la ciudad.


También está el Chachani (6.975 metros) y el Pichu Pichu (5.554 metros). Fue fundada en 1540 por el conquistador español Francisco Pizarro. En 1868, la ciudad fue prácticamente destruida por un terremoto, por lo que fue totalmente reconstruida. No fue el único, el último pasó tan sólo hace dos años y volvió a destruir un buen número de casas y tocó al convento de Santa Catalina.

A mitad de camino entre la costa y la sierra, los arequipeños se consideran arequipeños no peruanos. Arequipa es a Perú, como Cataluña a España. Nos despedimos de Coco, que tras tomarse una cerveza en casa de Catia, regresaba él sólo a Lima, vaya palizón le esperaba.

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